Alguna vez me contaron historias sobre los muquis, dicen que se asemejan a los duendes pero que son distintos porque habitan en las minas de los andes, en este caso de la zona andina de nuestro país. Una compañera de la universidad me contó que su vecino extraía de forma ilegal oro de una mina abandonada, y que, había encontrado a un muqui y este le dio mucha suerte que lo convirtió en millonario. En esas circunstancias, no imaginaba que algo así fuera real, tampoco creía en la existencia de ese ser extraño llamado muqui, mucho menos creía que podía tener poderes o que podría dar suerte.
Había olvidado esa historia y la creencia en los seres mitológicos de los andes, hasta que ocurrió algo paranormal que pude presenciar, ¿quieres saber que pasó? te contaré mi travesía...
He viajado a muchos lugares del Perú, y conocido sus costumbres, me gusta sobretodo participar en las festividades de los pueblos, chacchar la coca, realizar sus bailes, y sentirme parte de ellos; eso me hace sentir renovada y sobretodo me llena de energía. En uno de mis tantos viajes, quedé maravillada con un pequeño pueblo, y por lo tanto me quedé a vivir en él, hice muchos amigos, porque además estaba realizando entrevistas para hacer una tesis y recopilaba información día tras día. Muchos habitantes me habían mencionado que por las noches aparecían seres extraños que provenían de los cerros y que ellos llamaban muquis, les pregunté entonces más sobre el tema.
"Los muquis son unos duendes que aparecen por las noches sobretodo en lugares donde hay plantas, rocas, lugares alejados donde no hay viviendas o cerca al río, dicen que son almas de niños que murieron y que se quedaron penando pero al ser niños no son malos, sino, que dan suerte y abundancia a las personas que los logran ver y sobretodo que no le temen. Aquí cerca en el pueblo hay un complejo turístico que es colindante al río y en las noches, si te acercas a las rejas puedes escuchar voces de niños y oír sus pisadas, que corren y juegan, si los logras ver serás una persona afortunada pero para eso debes creer, ser fuerte de espíritu y no tenerles miedo porque algunos han muerto de una forma horrible y tiene la cara deforme o se les ve sin un brazo o pierna"
(testimonio de un comunero)
Decidí comprobar este testimonio que me había brindado un amigo comunero, así que me acerqué por la noche y casi fui atacada por un perro, pero felizmente no me ocurrió nada grave, entonces, llegué al lugar y efectivamente estaba cerrado, me acerqué a las rejas para ver si podía divisar algo pero solo escuchaba el sonido del río que se encontraba aledaño, no podía observar nada más, así que, decepcionada, regresé a mi hospedaje. Al día siguiente, intenté ir a otro lugar que tenía áreas verdes y que también se encontraba cerca al río, pero nuevamente no encontré ni pude observar nada fuera de lo común. Estaba preocupada porque tal vez todos en ese pueblo vivían sus mitos porque era parte de su cultura y como era foránea, quizá eso no me permitía ver ni escuchar nada, así que finalmente regresé a mi hospedaje otra vez.
Pasaron algunos días y se repetía la misma escena de no poder ver nada sobrenatural, así que, un día mientras desayunaba, la dueña del hospedaje me preguntó porque salía muy tarde a la calle, entonces decidí contarle sobre mi investigación y ella se empezó a reír, me dijo que para que pudiera ver eso, tenía que participar de una mesada, que es como un ritual para limpiar o bendecir un lugar y que también funciona para traer suerte y es ese acto que es realizado por una bruja o curandera, que atrae a los seres mitológicos como el muqui. Me dió más curiosidad por conocer sobre el tema que acepté inmediatamente participar para ver que sucedía y como era que se realizaba una mesada.
"Las mesadas son confidenciales, nadie más que los invitados pueden saber de esto porque sino, no funciona, esta mesada, por ejemplo, la haré para bendecir mi negocio y tener más clientes porque las ventas han sido bajas estos últimos meses. Solo participaremos cuatro personas y será en la tarde, demora a lo mucho un par de horas, para hacer esto necesitamos flores, cigarros, ron, agua florida y sobretodo lo más importante es la brujita que ya la mandé a buscar pero está en otro pueblo, ella es muy conocida y realiza muchos trabajitos, también lee las hojas de coca"
Llego la tarde y con ella la emoción de conocer más sobre el ritual, había olvidado mi investigación sobre muqui, pues otros eran mis intereses ahora. La bien llamada "bruja" llegó y trajo muchas flores de colores y un balde, dentro de este metió las flores mientras otra persona que participaría de la mesada, cerró todo el local, nos encontrábamos ahí cuatro personas a puerta cerrada, entonces la bruja dijo que nos tomemos de la mano y empezó a decir que estábamos aquí para realizar la mesada y bendecir el lugar que hasta que termine ese ritual, nadie podría dejarlo, es decir, irse del lugar y que debíamos compartir todo lo que ahí estaba, es decir, tomar el ron, chacchar la coca y fumar los cigarros, que no debíamos, además tener miedo porque nuestro espíritu debe ser fuerte para evitar que algún alma se lleve la nuestra o nos dé el conocido "susto"
Fue entonces que pude entrar en razón, pues yo no sabía fumar, y no podía tomar alcohol porque sufría de una gastritis crónica, así que, no quise interrumpir a la bruja y solo me quedé sentada para seguir con el ritual. Mientras transcurría el tiempo, tuve que chacchar la coca para seguir el ritmo de las demás personas que me miraban como si fuera muy delicada, pero, la señora que era la dueña de mi hospedaje, me dijo que no me preocupe que no era importante que hiciera todo eso, que solo consuma lo que me hacía bien a mi salud. Resulta que había pasado una hora y empezó a oscurecer, entonces una señora que también era invitada, se acercó a prender la luz para seguir con el ritual, fue entonces que la bruja eligió a alguien de la mesa para que le acompañe a rociar el agua de las flores con algunas de ellas, por los rincones del local mientras hacía una oración a modo de bendición.
Debo decir, que no me gusta tener mucho acercamiento con personas que no conozco, me hacen sentir incómodas y pues me alivió mucho que la bruja no me eligiera, porque suficiente hacía con estar encerrada en ese lugar, sentía mucho mal humor y no entendía porque, era como si toda la cólera y resentimiento se hubieran alojado en mi ser, cuando de repente ese sentimiento desapareció porque las luces se apagaron.
Un cólico repentino se apoderó de mi cuerpo y sentía muchas ganas de ir al baño a vomitar, no sé si era por el olor del ron, o tal vez por el humo del cigarro, pero sentía que no podía moverme de la silla, era como si estuviera atada a ella, las personas ya no se tomaban de las manos pero tampoco podían moverse, solo mirábamos desde nuestro sitio, que, afuera por detrás de las rejas que cubrían el recinto, había alumbrado público, mientras nosotras estábamos en la completa oscuridad. No sentía miedo, solo quería que todo termine y me arrepentía por haber asistido, por un momento pensé que la dueña del hospedaje me había invitado apropósito para asustarme y que me fuera del pueblo, que tal vez yo era la ofrenda de sacrificio e incluso por un momento quería gritar y pedir que me dejen salir, pero nuevamente me sentía atada a aquella silla.
De pronto sentí un poco más de fuerza y determinación, entonces tomé mi celular para encender la linterna que viene incorporada y así sentir la luz como si fuera la única esperanza de poder salir de ahí, cuando realicé esto quedé atónita pues un ruido ensordecedor llegó desde una esquina que daba para la cocina del recinto, parecía como si se hubieran caído 10 ollas de aluminio y pensé que alguien había ingresado al lugar por la parte trasera, tal vez un delincuente, o algún animal aprovechando la oscuridad y con el pánico en mi ser le dije a la señora del costado que me acompañe a ver de donde provenía el ruido. La señora me dijo que no era bueno que nos moviéramos de la silla, que tal vez era un gato, que no me asustara, pero no pude más con la intriga, logré ponerme de pie y me acerqué sola al lugar apuntando con la linterna pero sentía que desde alguna parte oscura donde no alumbraba la linterna, alguien me observaba y que al alumbrar con la luz, esa sombra se movía para que no pueda ver su rostro. Aun así con temor llegué al lugar de los hechos y para mi sorpresa no había absolutamente ninguna olla, tapa o utensilio en el suelo...
Regresé a mi lugar con una duda inmensa sobre lo que había ocurrido, me senté nuevamente en la silla y sentí como una mano tocaba mi hombro, era la bruja que había regresado con su acompañante y acercándose a mi oído me dijo, no debiste levantarte de la mesa, solo era un muqui que quería saludarte...
En el valle del colca los aledaños creen mucho y afirman que ellos o sus amistades han visto a los mukis.
ResponderEliminar